¿Has soñado alguna vez que volabas como un pájaro a través de los cielos? ¿Quieres hacerlo realidad? En la entrada de hoy vamos a hablar del el Wingsuit Flying, una disciplina dentro del salto B.A.S.E. que desafía por completo los límites de la gravedad. Veremos en qué consiste, las características del traje aéreo y todo lo que necesitas para comenzar a practicar este deporte de riesgo.

¿Qué es el Wingsuit?

El Wingsuit o Wingfly se basa en saltar al vacío desde un aeroplano o la cima de una montaña, utilizando un traje que nos permite planear como si fuéramos una especie de hombre pájaro. Se alcanzan velocidades que superan los 200 kilómetros por hora, proporcionando un subidón de adrenalina increíble.

La velocidad y la dirección se controla con nuestro propio cuerpo

Esta modalidad requiere bastante experiencia previa en paracaidismo. De lo contrario, corremos el riesgo de acabar estampados contra el suelo. También es necesario un equipo especial que cuesta una considerable cantidad de dinero. Por todo ello, esta actividad no está indicada para novatos.

El traje aéreo

El traje aéreo, también conocido como Wingsuit o traje de ardilla, es un elemento indispensable para practicar este deporte de riesgo. Nos permite vencer a la fuerza de la gravedad, surcar los aires y realizar todo tipo de acrobacias.

El traje cuenta con alas que reducen la velocidad de la caída al tiempo que incrementan nuestra capacidad de desplazamiento horizontal. Permitiéndonos así recorrer grandes distancias sin esfuerzo. Está fabricado con materiales muy resistentes y apenas hay elementos rígidos, ya que el propio cuerpo proporciona la estabilidad necesaria para su correcto funcionamiento.

Los primeros diseños datan de hace casi 100 años, utilizando como materia prima la madera, el lienzo, la seda, el metal o los huesos de ballena. Sin embargo, no fue hasta los años 90 del siglo pasado que se confeccionó un traje aéreo mucho más seguro. Su invención se debe al paracaidista francés, Patrick de Gayardon.

En la actualidad, los Wingsuit cuenta con distintos accesorios para prevenir accidentes y minimizar el daño por una posible caída. Y también con paracaídas de reserva que se puede desplegar en cualquier momento. Los nuevos materiales no son porosos al aire, por lo que el traje se infla formando un ala y nos mantiene aislados del frío.

Empieza a practicar Wingfly

Como hemos visto, para practicar Wingsuit Flying se requiere una enorme preparación física y experiencia previa. Aunque el traje incorpora numerosos elementos de seguridad, este deporte es hasta 10 veces más peligroso que un salto de paracaidismo convencional. Ni se te ocurra practicarlo por tu cuenta bajo ningún concepto.

¿Qué necesitas?

Para empezar, es indispensable que estemos en posesión de una titulación AFF (caída libre acelerada) o RAPS (línea estática). Este curso nos enseña los conceptos básicos teóricos y los movimientos esenciales en tierra. A continuación, llevarás a cabo una serie de saltos en compañía de dos monitores expertos. Su precio ronda los 1.500 euros.

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También es necesario tener una experiencia de más de 180 saltos. Algo que además de mucho tiempo requiere una inversión de más de 5.000 euros. En definitiva, para empezar a practicar Wingfly primero tendrás que convertirte en un paracaidista experto. Pero la experiencia merece sin duda el esfuerzo, ya que la sensación de libertad es mayor incluso que en un ala delta sin motor.

Además de realizar el curso AFF o RAPS y tener 180 saltos previos, tendrás que comprar un traje de alas o Wingsuit. Está formado por 3 membranas distintas. Una que cubre las piernas y dos que unen los brazos al cuerpo. En la actualidad, existen marcas especializadas como Tony Suits, S-Fly, Birdman o Phoenix-Fly. ¿Su precio? En torno a los 1.000 euros dependiendo del modelo.