A veces, los esfuerzos se pagan. Y el exceso de confianza, también. Nuestro organismo puede responder de una manera muy desagradable ante una carga de ejercicio demasiado alta o demasiado prolongada en el tiempo. Esa reacción nos hará notar una falta de fuerzas en las piernas que no nos deja avanzar por más que lo intentemos. Después de eso vienen otros síntomas incluso menos agradables.

A eso, en ciclismo, se le llama sufrir una pájara y es una sensación de fatiga excesiva que nos impide seguir realizando ejercicio físico. ¿Alguna vez la has experimentado? ¿Conoces sus síntomas? ¿Quieres saber cómo prevenirla y qué hacer en caso de padecerla? En este post te contamos lo que es la pájara y todo lo que debes hacer y lo que no cuando te visita ‘El Tío del Mazo’.

¿A qué se llama pájara en ciclismo?

Ni los ciclistas más exitosos se han librado de sufrir en alguna ocasión una pájara. Si eres aficionado al ciclismo, esta expresión no te sonará nada extraña, y sabes que te estamos hablando de ese momento en el que, sobre la bicicleta, nos quedamos sin fuerzas y notamos que somos incapaces de seguir.

Llamamos pájara a la caída brusca del nivel de glucosa en sangre (hipoglucemia) que se produce en momentos de exceso de ejercicio físico o por la reducción de las reservas de glucosa en el organismo.

Se suele notar en puntos concretos de nuestro cuerpo (en este caso, las piernas), pero después empezamos a notar otros síntomas.

Cuando realizamos ejercicio físico a gran intensidad o durante un período prolongado de tiempo, nuestras reservas de energía empiezan a disminuir. Puede ser peligroso porque, si no nos alimentamos bien o sufrimos una deshidratación, nuestro organismo puede sufrir un desfallecimiento a nivel energético.

Como diría Pedro Delgado con su ya famosa onomatopeya del pajarraco, es el momento en el que nos da alcance ‘El Tío del Mazo’ y nos quedamos sin fuerzas para seguir.

Principales síntomas

La pájara aparece cuando la energía no es suficiente y el cuerpo reacciona enviando esa energía a los órganos vitales, lo que implica que el flujo de sangre sea más lento en los músculos, por lo que éstos dejan de funcionar de forma óptima porque tienen menos energía.

Este agotamiento se produce cuando nuestra energía se viene abajo y se manifiesta a través de diferentes síntomas:

  • Hambre en exceso
  • Temblor
  • Mareo
  • Vista nublada
  • Confusión
  • Debilitamiento del cuerpo
  • Debilidad muscular
  • Aturdimiento / confusión
  • Visión borrosa
  • Pérdida de reflejos
  • Alucinaciones
  • Problemas de concentración
  • Sudor frío
  • Dolor de cabeza
  • Hipotermia
  • Cansancio en exceso
  • Aumento o disminución de la frecuencia cardíaca
  • Malestar general

La pájara no sólo se manifiesta en el ciclismo, también cuando se practican otros deportes de mucha intensidad, como en el maratón, por ejemplo. Además, no sólo se conoce con ese nombre, hay quien también la llama pálida o crisis de azúcar.

¿Cómo evitarla?

La pájara es la respuesta orgánica que tiene nuestro cuerpo cuando sufrimos una hipoglucemia y suele ocurrir porque no se ha llevado una correcta alimentación antes y durante nuestro esfuerzo físico, es decir, que no se han consumido los suficientes hidratos de carbono para poder llevar a cabo una actividad tan intensa. ¿Cómo podemos evitar la pájara?

  • Una correcta alimentación tanto antes del ejercicio como durante nuestra ruta es fundamental para que nuestro depósito de energía esté lleno y nuestro cuerpo pueda funcionar correctamente.
  • Antes del esfuerzo, sobre todo si vamos a dedicar más de 90 minutos a la bicicleta, hay que consumir comida rica en hidratos de carbono, como pasta, arroz, pan o patata.
  • Llevar comida de casa es importante para mantener el organismo con energía durante el ejercicio. 
  • No tomar azúcar, fructosa, miel, caramelos o bebidas azucaradas justo antes del esfuerzo porque son productos de absorción rápida y se puede generar un efecto rebote que nos deje sin azúcar durante el ejercicio.
  • Una correcta hidratación a lo largo del recorrido es imprescindible para que el cansancio no nos pase factura. Hay que beber antes, durante y después del ejercicio. Y bastantes veces, a ser posible.

Lo ideal es reponer hidratos y glucosa de manera continua cada media hora, aproximadamente. Un bocado a una barrita energética y un trago a la botella nos pueden salvar de una mala experiencia. Es recomendable que te pongas alarmas para no olvidarte. No esperes a que te lo pida el cuerpo o podría ser ya tarde.

Consejos

Tener un buen nivel de glucosa en el organismo es esencial para mantener un buen rendimiento sobre la bicicleta. Cuando nuestro nivel de glucosa se agota, hay que reponerlo a tiempo para no sufrir la fatiga que termina derivando en la temida pájara. Por eso se dice que la glucosa es la gasolina del ciclista.

Hay que tener en cuenta que la pájara aparece como un mecanismo de defensa de nuestro organismo ante una situación de alerta. ¿Qué debemos hacer si se produce?

  • Parar. Lo mejor es apartarse en un lugar fresco para recuperarnos. La sombra es el mejor sitio para que la pájara se vaya.
  • Hidratarse. La mejor manera de solucionar este problema es la hidratación con una bebida isotónica que nos ayude a recuperar las sales minerales.
  • Comer. Picar algún alimento rico en azúcar como un bocadillo, alguna barrita energética, geles, fruta (el plátano es buena opción, no hay más que ver a Rafa Nadal), dulces o frutos secos. Son alimentos con azúcar de acción rápida, que nos ayudarán a recuperarnos lo más rápido posible.
  • ¡No sigas! No tienes que ganar ninguna carrera ni llevarte ninguna medalla. Si te da la pájara, recupérate y déjalo para otro día porque, aunque te sientas bien de forma momentánea, el organismo tarda unas veinte horas en sentirse completamente bien después de un episodio de estas características.

Como ves, una pájara es algo serio y, al contrario que un deportista de élite, no llevas contigo un médico que te atiende durante tus salidas en bicicleta, así que mucho cuidado con los esfuerzos.