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A partir de la década de los 50 del siglo pasado el barranquismo comenzó a ganar una enorme popularidad en nuestro país, que alcanzó su punto álgido en los años 80. Esto fue debido sobre todo al descubrimiento de la Sierra de Guara, que ha acercado este deporte de riesgo al gran público en general. En la entrada de hoy vamos a hablar sobre el barranquismo, veremos si cualquiera puede practicarlo y los materiales que hacen falta para descender un barranco.
¿Qué es el barranquismo?
El barranquismo es un deporte al aire libre que se basa en el descenso de cañones y barrancos de los ríos. Aunque no está exento de riesgos, es una actividad que va a disparar nuestra adrenalina y supone un excelente ejercicio cardiovascular. Perfecto para olvidarnos por completo del estrés y la rutina del día a día.
Este deporte de riesgo semi acuático combina varias especialidades como la escalada, el senderismo o la espeleología. Los cauces de los ríos pueden estar secos o llevar considerables caudales. De hecho, en algunos recorridos atravesarás cascadas impresionantes, como por ejemplo la caída de 35 metros que se encuentra en el Barranco de Somosierra (Madrid).
Muchas veces tendremos que descender con cuerdas, por lo que es esencial conocer las técnicas básicas de rápel. ¿Esto significa que el descenso de barrancos no es para cualquiera? Sí o no. Como veremos más adelante, depende de la dificultad del barranco que elijamos.
¿Puede cualquiera hacer barranquismo?
Como hemos visto, el barranquismo requiere cierta complexión física y habilidad. Ten en cuenta que hay que esquivar gran cantidad de obstáculos, atravesar caminos estrechos, cascadas… En algunos tramos incluso tendremos que sumergirnos, cruzar a nado o bajar en rápel.
Por suerte, en España hay una gran cantidad de descensos de barrancos que tienen distintos niveles de dificultad. Algunos de ellos son ideales para principiantes y no hace falta experiencia previa ni estar en forma, solo animarse a vivir una experiencia nueva en compañía de tus amigos rodeado de una naturaleza salvaje.
Estos recorridos que no presentan apenas complicación se conocen comúnmente como paseos acuáticos. Si el caudal del agua no es muy alto, se trata de una actividad ideal para practicar en familia, incluso con la presencia de los más pequeños de la casa. No habrá descensos verticales ni apenas desniveles de alturas. Solo diversión a raudales.
Materiales que necesitarás para descender un barranco
No obstante, con independencia del nivel de dificultad elegido, es necesario adoptar todas las medidas de seguridad adecuadas. No hay que olvidar en ningún momento que se trata de un deporte de riesgo. En cualquier instante se puede producir un resbalón, especialmente si la superficie se encuentra mojada.
Por lo tanto, antes de entrar en el barranco debemos comprobar que llevamos con nosotros todo el equipo. Comenzamos con el arnés de barranquismo, un elemento básico para protegernos de la abrasión de las rocas y no dañar el traje de neopreno. ¿Traje de neopreno? Si hay bastante agua y está fría, necesitarás ayuda para mantener el calor corporal.
Con ganas de emociones fuertes. ¿Alguien se apunta a practicar barranquismo? Clic para tuitearNo te olvides del casco, los guantes y los escarpines, que completan los materiales de seguridad básicos. Para caminar sobre terrenos húmedos nos harán falta botas con gran adherencia, que además protejan nuestros pies de las rocas. No te olvides tampoco de llevar una mochila y un recipiente hermético para guardar la comida, el teléfono y algo de ropa seca.
Para hacer rápel serán imprescindibles cuerdas diseñadas para barranquismo. Como no sabemos la altura que tendremos que superar, es buena idea llevar dos juegos distintos. Con uno de 40 metros y otros de 60 podrás hacer frente a la mayoría de descensos. Aunque tampoco estaría de más llevar otro juego extra de 10 metros por si ocurre cualquier contratiempo.
Y acabamos la entrada de hoy con los descensores. Los más populares son el típico ocho. Nos permiten bloquear y desbloquear las cuerdas para bajar con mayor comodidad. Normalmente, están asegurados al arnés con ayuda de un mosquetón de pera.