En la entrada de hoy vamos a hablar de los tipos de rafting que existen en la actualidad y aprenderemos cómo se clasifica la dificultad de un río, así seguramente te ahorres más de un susto si quieres practicar este deporte de riesgo.

Clasificación de la dificultad de un río

La dificultad de un tramo está relacionada con su grado, que va del I al VI.

El primero no suele tenerse en cuenta, ya que hace referencia a aguas muy tranquilas. Y el último es demasiado peligroso para descender en rafting, siendo usado excepcionalmente para kayak o piragua. Nos quedan, por tanto, los grados II al V.

El grado II es perfecto para iniciarnos en este deporte. Incluso los niños pueden participar. El grado III sigue siendo muy asequible para toda la familia, con tramos más rápidos que el anterior que lo hacen muy divertido.

El grado IV eleva la dificultad considerablemente. Los ríos son más agitados y será necesario emplear algunas técnicas avanzadas. Si es la primera vez que te atreves con algo así, es recomendable contar con el visto bueno de un monitor experto.

Y finalmente tenemos el grado V, que es exclusivo para profesionales. Requiere experiencia y un enorme conocimiento del río, ya que los obstáculos que nos encontraremos supondrán todo un desafío.

Rafting en aguas mansas

Las aguas mansas se caracterizan por la práctica ausencia de olas, turbulencias y una superficie casi plana. Corresponden a los dos primeros grados que hemos visto en el apartado anterior y son muy adecuados para que tus hijos disfruten del deporte en la naturaleza. Algunas opciones muy incesantes las tenemos en el Río Genil en Andalucía, el Río Gabriel entre Madrid y Valencia o el Río Miño en Galicia.

Rafting aguas bravas

Rafting en aguas bravas

A partir del grado III los ríos son considerados de aguas bravas o rápidos. Hay que tener en cuenta que lo normal es que no tengan la misma categoría durante todo su trayecto. Es decir, que encontremos tramos con mayor o menor dificultad. La mayoría de los descensos de rafting se realizan en ríos de grado III y IV. Si te gustan los desafíos puedes visitar el Río Noguera Pallaresa. Está situado en el Pirineo, con un recorrido de más de 50 kilómetros que se puede finalizar en 7 horas.

Otra opción es el Río Ebro, que a su paso por Burgos se transforma en un cañón que alterna rápidos con travesías más tranquilas. O el Rio Cares en los Picos de Europa, con descensos de más de 10 kilómetros de aguas bravas que llegan hasta el IV grado.

Rafting extremo: grado V

Es muy complicado encontrar en nuestro país zonas para hacer rafting en ríos rápidos de grado V

Por ello, los deportistas que quieren ir un paso más allá suelen visitar el Río Zambeze entre Zimbabwe y Zambia. El descenso en rafting comienza bajo las Cataratas Victoria y posee 23 tramos rápidos de los cuáles prácticamente la mitad son de grado V.

O el Río Futaleufú, en Chile, que se encuentra entre los 3 mejores del mundo para hacer rafting extremo. Atraviesa la cordillera de los Andes y dispone de una docena de tramos de aguas bravas de clase V a lo largo de más de 20 kilómetros de descenso.