Es probable que nunca nos hayamos imaginado subidos a una tabla sobre un cilindro mientras intentamos mantener el equilibrio. De hecho, lo más normal es que no lo hayamos visto nunca, o sí, pero en vídeo muy muy antiguos. La cosa tiene su explicación, fue un piloto de la II Guerra Mundial que inventó la primera balance board, pero el tema ha vuelto a ponerse de moda, ¡y el confinamiento a causa del coronavirus ha tenido mucho que ver con ello! Resulta que, además de ser una habilidad de lo más circense, define el cuerpo que da gusto, ¡y todo casi sin darnos cuenta! Bienvenidos al maravilloso mundo de la tabla de equilibrios, ¡id buscando hueco en casa, que al final del post querréis una!
Beneficios de uso
¿Para qué puede venirnos bien una tabla de balance board sobre la que no podemos mantener el equilibrio con facilidad? Nuestras madres nos quitarían la idea de la cabeza de inmediato con uno de sus míticos ‘te vas a caer de ahí’, ¡pero es que las madres, muy a su pesar, no siempre llevan la razón! Es obvio que una tabla de equilibrio sirve precisamente para eso, para aprender a mantener el equilibrio sobre ella y después poder aplicar lo aprendido cuando nos apoyemos en el firme. Y ahora la pregunta del millón, ¿cómo podemos sacarle partido a esto?
Para empezar, dedicarle horas a la tabla de equilibrios es un entrenamiento skate o entrenamiento snow fenomenal, pero no solo para estos deportes. Otros, como el kitesurf, también se basan en permanecer de pie sobre una tabla el máximo tiempo posible. Está claro, por tanto, que nos vendrá de perlas para otros deportes como el surf, el windsurf o incluso el paddlesurf, pero… ¿y si os dijésemos que tener una tabla de balance board en casa nos viene bien aunque no nos hayamos practicado ninguno de estos deportes en la vida (Hulio) ni tengamos pensado hacerlo? ¡La tabla de equilibrio esconde más beneficios de los que pensábamos!
Los confinamientos en casa han supuesto un boom para este artilugio, y es que, en muy poco espacio, podemos entrenar todos los músculos de nuestro cuerpo. ¿Cómo es esto posible? Primero, porque para mantener el equilibrio entran en juego todos ellos, por lo que estamos tonificando a la vez que jugando, y después porque, como veremos a continuación, las hay de varios tipos, y cada una de ellas potencia una característica distinta de nuestro cuerpo. Y ahora que ya sabemos la teoría… ¿qué os parece si nos ponemos con la práctica?
¿Cómo se utiliza?
Lo más probable es que si habéis visto de qué va la historia, lo primero que hayáis pensado es que os romperéis la crisma. No os preocupéis, es normal, ¡lo mismo que ocurre con otros elementos de equilibrio como el monociclo! Eso sí, una vez superado el miedo, hemos de decir que subirse y permanecer sobre una tabla de balance board resulta más sencillo de lo que nos dice nuestra lógica. Hay que tener en cuenta que la tabla de equilibrio, como todo en esta vida, requiere de un aprendizaje.
Sí, para subirse por primera vez hay que servirse de otra persona, o de algo seguro a lo que agarrarse. Primero un pie en la zona apoyada en el suelo, luego el otro en la que está en el aire… y a equilibrar nuestro cuerpo sobre la tabla. Vale, ¡ya estamos arriba! ¿Y ahora qué? Lo primero que deberíamos intentar hacer es comenzar a desplazarnos a un lado y a otro sin mover nuestros pies de posición. Eso es, deslizando únicamente el peso de nuestro cuerpo y controlando en todo momento para no dar de bruces contra el suelo.
Otro de los ejercicios que podemos llevar a cabo cuando dominemos los desplazamientos laterales es hacer squats sobre la tabla de equilibrios. O sea, sentadillas de toda la vida, ¿seréis capaces? Y no, no penséis que aquí solo juegan las piernas, que hay formas y formas de activar también el tren superior… A nosotros, por ejemplo, nos encantan estas:
- Flexiones: Con las palmas de la mano sobre nuestro balance board, toda subir y bajar el cuerpo mientras mantenemos el equilibrio, ¡no resulta nada fácil!
- Tabla de pilates: Con los antebrazos sobre la tabla de equilibrio, debemos mantener el abdomen completamente recto y sin movernos, ¡a ver si llegáis a dos minutos!
Modelos y dónde comprar
El tipo de balance board que más se ha extendido desde el primer aislamiento en casa al que nos vimos sometidos por culpa del coronavirus fue el de la tabla redonda con ‘media pelota’ debajo. Puede ser con asas o sin asas, y es válido tanto para intentar mantener el equilibrio con él como para practicar una amplia gama de ejercicios musculares.
- Podemos hacer flexiones y planchas, tal y como os hemos contado un poco más arriba.
- Practicar abdominales sobre ellas, o elevaciones de glúteos mientras apoyamos la espalda, resulta tan complicado como gratificante.
Podemos adquirir este tipo de material tanto en tiendas especializadas como Decathlon a un precio que ronda los 25€ como en Amazon, ¡todo dependerá del modelo que estéis buscando!
Este mismo sistema de base semicircular podemos encontrarlo en forma de tabla, más fiel al balance board de toda la vida. Eso sí, el hecho de no reposar sobre una base cilíndrica le da a este tipo de modelo bastante más estabilidad, por lo que es más apropiado para principiantes. Las hay de varios tipos, y las hemos encontrado en Amazon por algo menos de 35€.
¿Y si no tenemos muchísimo tiempo para dedicarle a la tabla de equilibrios? Hay tantas versiones de este artilugio que nos deja pocas opciones para no probarlo. En este caso de este modelo que, por algo menos de 34€, podemos utilizar estando sentados en la mesa de la oficina.
Ahora bien, si no os van las medias tintas o ya tenéis algo de experiencia, no hay nada como una balance board ‘de verdad’, con su tabla y su rodillo de toda la vida. Las hay de muchos precios, aunque lo normal es que las de calidad ronden los 100€ en Amazon. Una grandísima inversión, ¡de verdad que sí!