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Cuando empezamos a conducir un coche, una de nuestras principales preocupaciones a la hora de su funcionamiento son las marchas. No terminamos de entender el concepto y, como mucho, nos dicen que el coche, el motor, ‘nos las pide’. Cuando aprendemos, nos damos cuenta de que tienen que ver con la potencia, y de que es verdad que se nota muchísimo cuándo hay que poner una u otra. ¡Pues algo así ocurre cuando aprendemos a cómo usar los cambios de una bici!
Al principio puede parecer algo de lo más complicado, pero basta con aprender unos conceptos básicos para manejarlos como un experto. En este caso el motor somos nosotros, tanto nuestro corazón como nuestras piernas, y el buen uso de los cambios hará que las cosas se nos pongan mucho más fáciles. Y, como consecuencia de ello, que lleguemos mucho más lejos. ¡Eficiencia, que se llama! Existen muchas variables: camino en subida, en bajada, tipo de terreno, platos y piñones… Estad atentos, ¡os lo contamos todo!
Seguro que esperábais algo complicado para empezar, pero lo cierto es que en este caso la cosa no podría ser más sencilla. Existen dos tipos de cambios en el mercado, los internos y los externos, siendo estos últimos los más comunes con los que os encontraréis.
Los dos tipos de cambios de los que os hemos hablado coinciden en algunos de sus componentes, como la palanca o los chicotes. Eso sí, sus diferencias de funcionamiento hacen que necesiten de otros completamente específicos:
He aquí el quid de la cuestión: ya sabemos la teoría, pero… ¿cómo usar los cambios de una bici en la práctica? Para empezar, tal y como os dijimos en el ejemplo del coche, si empezamos a sufrir sobre la bicicleta y las piernas no nos dan, significa que o estamos muy mal físicamente o no vamos en la marcha adecuada. Dependerá tanto del terreno como de nuestra condición física, pero lo normal es que cualquier tipo de cambio en el primero nos haga empezar a pensar en tirar de unas velocidades u otras.
Y es que esa es otro de los aspectos a controlar, las velocidades. Si vamos a subir cuestas iremos despacio y necesitaremos combinaciones con piñones grandes. Sin embargo, cuando necesitemos imprimir velocidad a nuestra marcha, tocará optar por combinaciones de piñón pequeño.
Aunque ya vamos sabiendo cómo usar los cambios de una bici, hay ciertos errores de lo más habituales que todavía no hemos aprendido a evitar. Eso sí, no os preocupéis, ¡basta con unos simples tips para no tener que preocuparos por ellos!
Además del que os acabamos de dar de no hacer el cambio justo en el momento de impulsar el pedal hacia abajo con todas nuestras fuerzas, conviene tener en cuenta otros consejos a la hora de cambiar de marchas. Y es que, aunque os lo hemos dejado caer, no os hemos especificado qué combinaciones son las más adecuadas para cada momento. El terreno manda, y dentro de eso, lo siguiente a tener en cuenta es nuestra condición física. Teniendo esto claro, tocará experimentar sobre esta base:
Cuanto más conozcamos nuestra herramienta, mejor sabremos cómo usar los cambios de una bici. Sobre las dos ruedas, como en la vida, no todo es blanco o negro, ¡y de cómo gestionemos la gama de grises dependerá que nuestra experiencia sea más o menos satisfactoria!
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